9 Circunstancias que provocaron el origen de algunas expresiones

En ocasiones surgen frases inesparadas en situaciones de la vida cotidiana. De que se trara RD ha reunido 9 de estas frases.

"Dar pie a un asunto"

Esta frase proviene de la acción de ayudar a alguien para que montara un caballo. Se ofrecían las manos entrelazadas para que el jinete colocara su pie y se impulsaba para subir al animal.

"Esto me da mala espina"

Algunos dicen que se hace referencia a la corona de espinas que fue colocada en la cabeza de Jesucristo, por lo que esta acción le resulto muy incomoda.

"De chiripa"

Tiene su origen de la palabra “Serendipia” nombre árabe de la antigua isla de Ceilán, (ahora Sri Lanka). En el cuento de “Simbad el marino” los problemas en ese lugar se solucionaban por “serendipia”, es decir, de manera inesperada y por casualidad.

Cartel de una pelicula de los años 80.

"De esta agua no beberé"

Se relaciona con las vivencias que tiene un borracho que, pese a prometer día tras día que ya no beberá alcohol, termina ahogándose con la bebida.

"De su puño y letra"

Personas de alto rango tenían un anillo con un sello que los distinguía y para firmar un documento presionaban con su puño el anillo sobre una pasta. La letra se refiere al escrito que hacían con su mano, posteriormente aplico a la firma que también hacían con la mano.

"Se divierten como enanos"

En una corte real, las personas de baja estatura eran contratadas como bufones y tenían la obligación de estar siempre contentos para hacer reír al rey. Tenían que aguantar las humillaciones con un rostro sonriente, así que era extraño verlos tristes en su labor.

"Dormir a pierna suelta"

Antiguamente se colocaban grilletes a los tobillos de los presos para que así no pudieran escapar. Pero algunos tenian tan buena conducta, que se les permitia dormir sin estar sujeto a una cadena, asi podian dormir sin estar sujeto a una cadena, asi podian dormir con su pierna suelta.

"Dormir en sus laureles"

En Roma, se hacía una fiesta en honor al triunfo de un general, un funcionario de gobierno o un gladiador y se le colocaba una guirnalda de laureles. Ya pasadas algunas horas, el festejado terminaba tan cansado que se quedaban dormidos con su guirnalda puesta.